
Hoy vamos a hacer un rissoto de setas. Aprovechando que ahora están de temporada podemos utilizar setas silvestres. También y según nuestro presupuesto podemos utilizar setas de cultivo, boletus en aceite, congelados o boletus deshidratados en cuyo caso el agua de hidratarlos, la reservaremos como agua de cocción de nuestro risotto y conseguiremos un risotto con un intenso sabor a setas.
¡Vamos con la receta!
- 300 gr de setas
- 2 chalotas
- 60 gr de jamón ibérico
- Tomillo y romero
- 350 gr de arroz arborio o carnaroli
- 1,3 litros de caldo de pollo o de jamón
- 200 ml de vino blanco ( 1 vaso)
- 50 gr de mantequilla
- 30 gr. de queso parmesano
- Aceite
- Sal y pimienta negra
*La chalota, echalota o escalonia es un bulbo con sabor entre cebolla y ajo. Hoy en día se encuentra facilmente en casi todas las tiendas de alimentación, pero si no encontramos, podemos sustituirla por la parte blanca del puerro y un poco de ajo, ambos picados finos.
* Podemos utilizar caldo de jamón, pero con el de pollo el risotto resulta más suave, ya que hay que tener en cuenta que además vamos a añadirle taquitos de jamón. Si el caldo es de jamón, siempre casero, será más suave que los comercializados.
*El arroz arborio o el arroz carnaroli son arroces de grano grueso que tienen un buen equilibrio entre capacidad de absorción y pérdida de almidón lo que los hace ideales para la elaboración de risottos, ya que tras terminar la cocción presentan un aspecto consistente y entero y a la vez dotan al caldo de cocción de cremosidad.
*Boletus en aceite, deshidratados, congelados o frescos, distintas posibilidades para no dejar de hacer un risotto. Recordad que las setas no deben lavarse, simplemente pasarles un trapo humedo o un cepillito es suficiente.
*Boletus en aceite, deshidratados, congelados o frescos, distintas posibilidades para no dejar de hacer un risotto. Recordad que las setas no deben lavarse, simplemente pasarles un trapo humedo o un cepillito es suficiente.
ELABORACIÓN:
Empezamos por el caldo
Elaboramos un caldo de pollo o utilizamos uno comercial y de calidad, sobre todo que no tenga mucha sal. Lo mantenemos caliente a punto de hervir mientras empezamos con el sofrito de nuestro risotto.
Podéis ver el proceso de elaboración en la entrada " Cómo se hace: Caldo de pollo"
Podéis ver el proceso de elaboración en la entrada " Cómo se hace: Caldo de pollo"
Picamos el jamón en taquitos pequeños.
En
una sartén grande con un poco de aceite sofreímos nuestro jamón y lo retiramos reservándolo aparte hasta más tarde.
*Lo retiramos porque queremos tomar un jamon rico, que para eso nos hemos gastado el dinero, y no el esparto que resultaría tras 20 minutos de cocción.
Picamos la chalota en brunoise y pochamos en el aceite anterior para que absorba todo el gusto del jamón, añadiendo más aceite o un poco de mantequilla. Lo haremos a fuego lento dejando que tome ligero color pero sin que se tueste porque amargaría.
Cuando esté pochada la chalota, añadimos
las setas, el romero y tomillo picados, y sofreímos un par de minutos.
Salpimentamos ligeramente.

Salpimentamos ligeramente.

Y ahora el risotto
Tras dos o tres minutos a fuego medio, echamos el arroz removiendo.
Vertemos sobre el arroz el vino blanco caliente (unos segundos en el micro) y dejamos que se evapore ligeramente.
Cubrimos el arroz con una medida de caldo caliente, y vamos dejando que se absorba sin dejar de remover.
Añadimos otra medida de caldo cuando el anterior ya se ha absorbido, removiendo el arroz con suavidad y a fuego moderado.
Continuamos así hasta 3 veces, sin dejar de remover en unos veinte minutos de cocción.
Pasados unos veinte minutos el arroz debe estar húmedo, pero no con exceso de líquido y todavía un punto duro.
En este momento añadimos unas bolitas de mantequilla y queso parmesano rallado.
Apagamos el fuego y mezclamos con precaución de que no se rompan los granos de arroz.
* Este paso es conocido como la mantecación y es el que aporta más singularidad a esta técnica. El conjunto resultante debe resultar cremoso y compacto.
* No debería ser necesario salar, ya que tanto el caldo, como el jamón ibérico, como el parmesano ya aportan suficiente sal.
Apagamos el fuego y mezclamos con precaución de que no se rompan los granos de arroz.
* Este paso es conocido como la mantecación y es el que aporta más singularidad a esta técnica. El conjunto resultante debe resultar cremoso y compacto.
* No debería ser necesario salar, ya que tanto el caldo, como el jamón ibérico, como el parmesano ya aportan suficiente sal.
Añadimos el jamón que teníamos reservado y ¡listo!
PRESENTACIÓN:
A diferencia de otros arroces, al risotto no le conviene el reposo, por lo que hay que servirlo enseguida.
Que apetecible... Este lo voy a probar!!!! ñam ñammmm
ResponderEliminarSeguro que triunfas. ¡Ya me contarás!
EliminarQue pintaza...
ResponderEliminarY de vetdad delicioso!! Gracias Antonio por tu comentario. Un saludo
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