
Ese slogan me parece muy gráfico y acertado para describir la tarta que hoy os traigo: deliciosa pero contundente, no apta para delicados, una tarta que más bien gusta a quien disfruta con las emociones fuertes más que con las
sutilezas...
Una base crujiente de streussel de avellanana, un relleno de mousse de chocolate al 70% y una cobertura brillante de cacao, son la combinación perfecta para esta tarta de adultos, que seguro no te deja indiferente...
¿Te atreves?

INGREDIENTES: Para 12 personas
Para la base de streussel de avellana: 90 gr. de harina, 90 gr. de avellanas molidas, 90 gr. de azúcar moreno, 90 gr. de mantequilla.

Para la mousse de chocolate negro: 325 gr. de chocolate cobertura 70%, 240 ml de nata líquida, 5 hojas de gelatina, 290 ml de nata semimontada+ 3 c/s de azúcar glass.

Para el glaseado brillante: 140 ml de agua, 180 gr. de azúcar normal, 60 gr. de cacao, 120 ml de nata, 3 hojas de gelatina.
La receta a priori podría parecer complicada pero en realidad no lo es si sigues fielmente los pasos de las 3 partes que componen la tarta: base, relleno y cobertura
Para la base de streussel de avellana:
Precalentamos el horno a 180ºC.
Preparamos un molde de 26 cm de diámetro, forrando la base con papel sulfurizado.
*Para más detalles sobre cómo preparar un molde para tartas puedes consultar la entrada en mi blog: https://unacocinaconvistas.blogspot.com/2018/01/como-se-hace-forrar-un-molde-para-tartas.html
Trituramos las avellanas con la ayuda de un robot.
Volcamos las avellanas molidas en un bol, añadimos la harina tamizada y el azúcar moreno. Mezclamos bien.
Añadimos la mantequilla cortada en dados y arenamos haciendo migas con las yemas de los dedos.
Ponemos esta masa en el molde forrado y la nivelamos.
Horneamos a 170ºC durante 20 min.
La dejamos enfriar y seguimos con el siguiente proceso.

Para el relleno de mousse de chocolate negro:
Troceamos el chocolate negro y lo derretimos a fuego suave al baño maría durante 3 o 4 min.
Lo retiramos del fuego y lo dejamos templar.
Calentamos la nata líquida sin que llegue a ebullición. Añadimos la gelatina hidratada y la traspasamos a un bol grande.
En el bol, agregamos a la nata el chocolate templado. Integramos bien con las varillas y reservamos hasta que la mezcla se enfríe.
Mientras, vamos semimontando con las varillas los 350 ml de nata restante y las 3 cdas de azúcar glass.
*La nata para poderla integrar bien con el chocolate no debe montarse en exceso, simplemente que haga picos flojos como ves en la foto.
La añadimos suavemente a la mezcla anterior, con movimientos envolventes.

Pasada esa hora lo llevamos al congelador 1 hora antes de poner el glaseado.
Para la cobertura de glaseado brillante:
Calentamos el agua con el azúcar y dejamos hervir 3 min hasta formar un almíbar ligero. Añadimos los 120 ml de nata líquida y removemos bien.
Agregamos el cacao poco a poco, y dejamos que la mezcla hierva hasta que alcance los 103º C o veamos que el glaseado cubre bien la superficie de una cuchara.
Lo pasamos a una jarra o bol.
Hidratamos las hoja de gelatina. Las escurrimos y las añadimos a la mezcla anterior. Mezclamos bien hasta su disolución, colamos y reservamos hasta que esté a 32ºC.
Sacamos la tarta del congelador, la desmoldamos, la colocamos sobre una rejilla y la bañamos con el glaseado brillante.
* Un secador de pelo nos puede ser muy útil para conseguir rápidamente desmoldar la tarta manteniéndola congelada.
La dejamos enfriar en la nevera mínimo una hora.
PRESENTACIÓN:
Una vez transcurrido el tiempo de enfriado, pasamos la tarta al plato de presentación y la decoramos como más nos guste: con detalles en chocolate, frutos secos ...
Y este es el resultado.

¡Espero que os haya gustado!